Al igual que el adulto, un recién nacido puede tener distintos tamaños dentro de lo que podemos considerar saludable. Lo habitual en un bebé que nace entre la semana 37 y la 40 es que se sitúe entre los 2.500 y 4.000 gramos. Si el bebé pesa más o menos, deberá recibir una atención especial por parte de la matrona y el pediatra tras su nacimiento, para garantizar que todo se desarrolle con normalidad.
El peso al nacer es sin duda un factor determinante para que un recién nacido experimente un crecimiento y desarrollo satisfactorio, por eso, actualmente la tasa de bajo peso se considera como un indicador general de salud.
Podemos encontrar diversos factores que pueden afectar al tamaño del bebé: duración del embarazo (puesto que los bebés que nacen antes de tiempo suelen ser más pequeñitos), la estatura de los padres, los nacimientos múltiples (estos bebés suelen tener un peso menor), sexo (los niños varones suelen ser más grandes), el estado de salud de la madre durante el embarazo y/o su estado de nutrición y también la salud del propio bebé.
Por lo tanto se considera recién nacido de bajo peso todos aquellos que nacen con un peso inferior a 2.500 gramos. Se engloban fundamentalmente en dos grandes grupos:
- CIR: Retardo del crecimiento. Pudiendo ocurrir por factores como el tabaquismo, el mal estado placentario, anomalías congénitas, enfermedad o desnutrición materna, embarazo múltiple, etc.).
- Los prematuros: Aquellos bebés que nacen antes de tiempo.
Los bebés nacidos con poco peso pueden no poseer suficiente grasa como para mantener la temperatura normal del cuerpo. La baja temperatura del cuerpo puede a su vez causar cambios bioquímicos en la sangre y provocar un crecimiento más lento.
¿Qué problemas médicos puede causar el bajo peso al nacer?
Los bebés que nacen con bajo peso tienen más probabilidades de tener ciertos problemas médicos en su desarrollo futuro, que aquellos nacidos con peso normal, incluyendo:
- Diabetes
- Problemas respiratorios
- Enfermedad cardíaca
- Alta presión arterial
La matrona y el pediatra nos informarán sobre lo que podemos hacer para ayudar a nuestro bebé a crecer sano. A medida que crece, debemos asegurarnos de que coma alimentos nutritivos, se mantenga activo y acuda a todas las revisiones de salud. Los controles regulares durante la niñez pueden ayudar al profesional de la salud a detectar afecciones y también a asegurar que el hijo reciba todas las vacunas que necesita para estar protegido contra ciertas enfermedades.