La ropa del recién nacido debe ser de fibras naturales (hilo, algodón). Debe ser amplia, de modo que permita los movimientos y deberá tener botones grandes o cintas autoadhesivas que se abrochen o sujeten preferentemente por la espalda.
La ropa de cama al igual debe ser de fibras naturales, ligera de peso y sin lazos ni cordones
Toda la ropa debe lavarse aparte de la de los adultos y con detergente especial, aclararla varias veces y secarla preferentemente al aire.
En cuanto a la forma de abrigar al bebé hay que tener en cuenta que por su mayor contenido en agua es más susceptible a los cambios de temperatura, es decir, se enfrían y se calientan más rápidamente. Entonces, dependiendo de la temperatura exterior a la que van a estar expuestos se les abrigará, con la advertencia que cuando haya un cambio de temperatura brusco habrá que adecuar su “abrigo” inmediatamente a la misma.
Es decir si estamos en invierno y venimos de la calle a un espacio interno donde la temperatura es mayor habrá que quitarle ropa (gorro, manta, etc) nada mas entrar; y si estamos en verano y entramos en una dependencia mas fresquita o con aire acondicionado habrá que arroparlo con algo ligero.
Mención aparte es referirse a la forma de arroparlo en la cuna o para dormir. No debe dormir con gorro de ningún tipo ni arropado por encima de la parte superior del tórax (hasta debajo del cuello) debe tener la ropa amplia para que se pueda mover (pijama y edredón) o puede ser útil utilizar en invierno los “pijamas-manta” amplios, pero sin taparlos después con una manta o edredón.