La maternidad es toda una aventura y es normal que nos surjan dudas, sobre todo respecto si ir a urgencias o no durante los primeros días de vida de nuestro bebé.
Durante el embarazo te hablaron del parto, las respiraciones, las horas sin dormir y todos esas cosas que “necesitaba” tu peque como la cuna o el carrito. Pero ahora, a la hora de la verdad, te surgen miles de preguntas: “¿es normal esa tos?”, “vomita mucho, ¿debo llevarlo a la pediatra?”, “parece que está un poco amarillo”…
Por ello hoy, en este blog de Bebé a Bordo, vamos a repasar juntas los motivos por los que debes acudir a urgencias con tu recién nacido.
Malestar general, irritabilidad, convulsiones o llanto inconsolable
Si el peque parece tener mal aspecto, labios amoratados o un llanto intenso inconsolable debes acudir a tu pediatra para hacerle una revisión y ver lo que está sucediendo.
Fiebre, especialmente en menores de 3 meses
Hablamos de fiebre en un recién nacido cuando supera los 37´5º axilar. En bebés muy pequeños es más fiable tomar la temperatura rectal pero no recomendamos tomarla en casa, es algo que haremos nosotros en urgencias. Si tu bebé tiene 37,5ºC axilar, consulta.
Antes de consultar… Confirma que sea fiebre: los bebés recién nacidos no pueden regular bien la temperatura así que si están muy abrigados pueden tener 37,5ºC axilar. Si crees que puede ser la causa, antes de consultar retira el exceso de ropa (abrigo o si lleva varias capas, alguna de ellas…) y comprueba la temperatura de nuevo en unos minutos.
Tos persistente, dificultad para respirar o apneas largas (deja de respirar durante varios segundos)
Si tu bebé respira muy rápido, marca las costillas, sacan el abdomen, deja de respirar muchos segundos (20 segundos o más), lo notas algo azulado o tose en accesos (de repente empieza a toser y parece que no termina nunca de toser, sobre todo si luego coge aire de forma brusca haciendo un ruido agudo), deberías consultar
Sangre o mucho moco en las heces
Aunque los primeros 3 días es normal que el bebé haga cacas negras, irás viendo una evolución hacia las heces negras-verdes y a partir del 7º día aproximadamente deberían ser amarillentas, anaranjadas o color mostaza. Si continúan siendo de color negro, es conveniente que acudas a tu pediatra, también si detectas hilos rojos de sangre mezclados con sus cacas o una gran cantidad de moco (si el peque no está resfriado)
Vómitos de gran cantidad, repetidos, con mucha fuerza o verdes
A veces puede resultar confuso diferenciar entre vómitos y regurgitaciones.
Generalmente los vómitos suelen ir precedidos de náuseas y el bebé expulsa leche con fuerza. Este es un motivo claro de consulta al pediatra ya que el bebé podría no estar alimentándose correctamente, además de que es necesario descartar algunas enfermedades
Las regurgitaciones normalmente son consecuencia del reflujo normal que todos los bebés tienen en sus primeros meses. Son más parecidas a “una fuente”, la leche no sale con tanta fuerza y no suelen ser tan abundantes como un vómito. Lo normal es que las regurgitaciones no causen dolor ni afecten al peso del peque pero si el bebé tiene dolor (llora, está irritable, se estira hacia atrás…), si son muy frecuentes y abundantes o si el bebé hace apneas largas (20seg o más), deberías consultar
Rechazo del alimento y no hace pipí
Es importante detectar cuándo el bebé no está haciendo pipí ya que puede ser un signo de deshidratación o también podría no estar alimentándose correctamente.
Tu pediatra revisará si está alimentándose bien, si ha perdido peso o se cansa rápido en las tomas y deja de comer, etc.
Cordón umbilical con mal olor
Si el cordón umbilical tiene mal aspecto y no huele bien o notas que la piel de alrededor está hinchada, roja y caliente… puede que se haya infectado y tu pediatra debe revisarlo.
Ictericia (color amarillento de la piel)
Aunque es muy habitual que los primeros días los bebés tengan la piel algo amarillenta (lo primero que vemos amarillo es la conjuntiva ocular, es decir, el blanco del ojo), hay que estar pendientes de su evolución y ver si poco a poco va mejorando.
Si no mejora, es posible que tu pediatra te recomiende colocarlo todos los días unos minutos al lado de la ventana únicamente con el pañal (si la temperatura de casa es adecuada). Es importante que no le den los rayos del sol directamente (podría quemarse) pero sí que esté a la luz.
Si ese tono amarillento aumenta debes consultar, también podrías observar que la orina es oscura.
Caída de más de un metro de altura
Es algo más habitual de lo que crees, por eso nunca debemos perder de vista a nuestro bebé en la cama o en un cambiador alto. Si se cae al suelo a una distancia mayor a un metro, debes consultar a tu pediatra.
Espero que con este pequeño repaso a los motivos de consulta en un recién nacido hayas ganado en tranquilidad y puedas disfrutar de tu bebé sin miedos. Ante la duda, recuerda siempre consultar a tu pediatra.