Los niños en el juego libre tienen operativos sus 5 sentidos. Absorben toda la información en todas las direcciones y, sabiendo esto, nada como proporcionarles espacios o materiales enriquecidos que puedan explorar libremente.
Hoy la actividad que os propongo está relacionada con una experiencia sensorial. Se puede realizar en pequeños espacios y expandir, si se puede, lugares más grandes, creando instalaciones para esta actividad pero, si no tienes espacio, puedes hacerlo en casa con pequeños cuencos de diferentes objetos y texturas.
¿Qué necesitas?
- 5 botellas Bezoya cortadas por la mitad.
- Diferentes materiales: hielo picado, lentejas, champú, gelatina, agua calentita, tapones, bolas de agua, macarrones, arroz…Lo que se os ocurra que sea dispar entre sí.
¡A por ello!
Antes de manipular los objetos nos lavamos bien las manos y si los materiales son nuevos procurad desinfectarlos antes de trabajar con ellos.
Esta actividad debe ser supervisada por un adulto y con la expectativa clara de que tocará barrer y pasar la bayeta después. Esta actividad propone que los niños puedan manipular los diferentes elementos que hay en cada cuenco de forma libre y enriqueciéndose de todo el valor que aportan las diferentes texturas, temperaturas, olores y sensaciones durante un rato. Es importante dejarle libertad para explorar a su ritmo para que pueda sentir y asimilar toda la información sensitiva que le llega de cada cosa sin intervención del adulto.
Los bordes de las botellas, en principio no cortan pero, si se considera, se puede pegar cinta adhesiva por los bordes.
Esta actividad se puede extrapolar a espacios en el exterior “tipo Gymkana” pero sin marcar ritmos ni direcciones, en la que se pueden hacer espacios ricos de experiencia sensorial para los pies por ejemplo….Unas sensaciones llenas de información sensorial dignas de recordar. Incluso para los padres 😉