La diástasis de rectos es la separación de los músculos rectos del abdomen (para que nos entendamos las “chocolatinas” que tienen algunos).
Se estima que 2 de cada 3 mujeres presenten diastasis de rectos no fisiológica tras el 2º hijo, y si no se trata va a empeorar, produciendo alteraciones estéticas y funcionales (suelo pélvico, dolor de espalda, una tripa que no se quita ni con dieta ni ejercicio).
Las mujeres suelen acudir a consulta por motivos sobre todo estéticos, una tripa que parece de embarazo de 3 meses que no se va ni con dieta ni con ejercicio, y que a veces tiende a empeorar a medida que pasa el tiempo.
¿Qué síntomas tiene y cuándo nos tenemos que preocupar?
- Abdomen abultado, hinchado (como si estuvieras embarazada de 3 o 4 meses); aunque tu último parto ocurriera hace mucho.
- Digestiones pesadas, lentas, acumulación de gases.
- Dolor en la parte baja de la espalda, en la zona lumbar.
- Debilidad del suelo pélvico: con pérdidas de orina, relaciones sexuales molestas o incluso dolorosas, sensación de peso en la vagina.
Principales causas de la diástasis:
- Abdominales clásicos, que aumentan mucho la presión intraabdominal.
- Estreñimiento o tos crónica.
- Cambio de peso de manera brusca, un aumento excesivo de peso hace que los rectos se separen.
- Embarazos.
- Crianza: cargar al bebé de manera incorrecta, malas posturas en la lactancia…
¿Cómo sé si tengo diástasis?
Ante la duda lo recomendable es acudir a un centro especializado y que un profesional nos haga la valoración; sin embargo de manera fácil podemos verlo nosotras mismas:
- Túmbate boca arriba, piernas flexionadas y separadas ancho de cadera. Deja el abdomen relajado.
- Coloca una mano en el centro del abdomen con los dedos dirigidos a hacia los pies.
- Coloca la otra mano detrás de la nuca, y eleva la cabeza.
- Podrás notar la separación que hay entre un lado y otro del abdomen.
- También valoramos la profundidad de la lesión, introduciendo los dedos en la separación (si existe)
Ante la duda, acude a un centro especializado.
¿Qué consecuencias puede tener el no tratarlo?
El empeoramiento de todas las manifestaciones clínicas que hemos visto antes. La diástasis de rectos no se cura sola, hay que trabajar y conocer cuáles son nuestros “vicios” posturales que hacen que no se cierre o incluso que vaya a peor.
Sara Cañamero
Matrona centro de preparación al parto en “Más Natural” y directora de “Maternatal”