Los niños tienen curiosidad innata. Potenciar la creatividad y la imaginación son grandes pilares para que los niños puedan desarrollarse de una manera sana a nivel mental y emocional. Y el juego, es el medio por excelencia.
Cuando un niño juega libremente, se le está dando la oportunidad de conectar consigo mismo y con todo lo que le rodea. Con el juego libre, el niño no conoce el vacío existencial, está interiorizando grandes aprendizajes sobre sí mismo y sobre su contexto de vida.
El juego por rincones o simbólico por ejemplo, es una manera de ofrecer espacios de diversos contextos de la vida cotidiana. Una metodología que aplican casi todos los colegios y la etapa de infantil. Jugar libremente pone en marcha procesos mentales mucho más complejos y enriquecedores que el juego dirigido y estructurado.
Muchas familias se preocupan cuando sienten que su hijo de 3, 4, 5 años “no hace nada”. Es por ello que organizan un sin fin de actividades: manualidades, juegos de reglas, puzzles… Y está bien ofrecer materiales a los niños para que trabajen la concentración, el esfuerzo y otras áreas, pero en infantil el juego libre es uno de los grandes desconocidos en las familias y sin embargo EL JUEGO por excelencia.
Metodologías de vanguardia, tipo Waldorf, Montessori, Reggio Emilia, Emmi Pikler, centradas en el interés del niño, lo que buscan, precisamente, es el aprendizaje libre y autónomo para potenciar el desarrollo de su creatividad y a medio plazo el pensamiento crítico.
Pero el juego libre no se queda sólo ahí, esa libertad les ayuda a crecer en su individualidad, en la confianza de sus capacidades y les ayuda a despertar su curiosidad sobre el mundo que les rodea. Durante este tiempo, ponen sus 5 sentidos en cada cosa que hacen, están con una disposición y una atención del 100%. Es semilla también para el pensamiento emocional y creativo.
El juego libre con otros niños tiene un efecto multiplicador a través de todo el proceso de socialización. Rebosan imaginación, trabajan los vínculos afectivos, se ayudan casi sin darse cuenta a salir de la etapa egocéntrica, se ponen en el lugar del otro (gran hito psicológico y emocional) trabajan la cooperación, solución de problemas, la interiorización de roles…Y por supuesto, se mueven y se desplazan sin límites, un regalo para todo su desarrollo psicomotor. En la situación en la que vivimos, el juego con otros niños es un poco delicado pero te animamos a que sigas las indicaciones pertinentes y que, si tus peques se relacionan con otros niños, estén siempre en contacto con el mismo círculo de amiguitos e intentes inculcarles la importancia de tener una buena higiene.
¿Qué riquezas esconde?
Para empezar el hecho de que el centro de interés nace del niño. Y solo del niño. No hay ni debe haber manipulación adulta, más allá en un momento dado de ofrecerles materiales poco estructurados o interesantes para ellos sin definir reglas de juego.
- Su atención y motivación es máxima.
- Implicación de todos sus sentidos
- Conocen y reproducen el mundo que les rodea.
- Realizan juego de roles asumiendo diferentes realidades y funcionalidades
- Socializan.
- Curiosean, crean, inventan, sueñan y materializan.
- Es un ambiente maravilloso de escucha real. Tiene mucho que expresar y mucho que decir. Reproducen su realidad sin límites.
¿Cómo trabajarlo?
- La única intervención que debe tener el adulto es ofrecer espacios y/o materiales (o no) seguros para que el juego se desarrolle.
- En algunos casos se pueden acotar zonas u ofrecer espacios y materiales pero nunca instruir en su modo de utilización ni influir en el desarrollo del juego.
- Se pueden elaborar materiales interesantes o sorprendentes para los niños y dejar que fluya su creatividad e interacciones con ellos, como lo sientan sin más.
Las nuevas corrientes y los últimos estudios de neuropediatría apuestan por el juego libre, por los grandes beneficios que aportan, por la enorme conexión que produce con ellos mismos y el conocimiento de su entorno. También permitirles dar rienda suelta a todo su potencial, a manifestar quiénes son, cómo se sienten, perciben y se conectan con el mundo.
¿Qué nos aporta como padres o educadores?
Es una ventana preciosa para comprenderlos, escucharlos y sentirlos. Lo que nos dará las mejores pistas para saber sus preferencias, carencias o miedos y así poder hacer cada día con ellos las cosas mejor.
Actividades para fomentar el juego libre
Las actividades relacionadas con el juego libre van a estar orientadas a proporcionar a los niños materiales sostenibles y naturales que les inviten a dar rienda suelta a su imaginación y creatividad. Hay que evitar intervenir en el juego, tan sólo ofrecer, dejarles descubrir y experimentar con ello, pues los recursos están orientados a proporcionar un juego libre. ¿Os apetece crear botellas sensoriales con material sostenible? ¿Conocéis las muñecas Waldorf? Esto y mucho más aquí, en Bebé a Bordo.