Miro a mi bebé y mis ojos se llenan de lágrimas de la emoción. Sus movimientos, su carita Pero, cuando llega la noche y se pone a llorar, ¡No sé qué hacer! Me siento desbordada y mis ojos se llenan de lágrimas de frustración ¿Qué estoy haciendo mal?
La entrada en la maternidad es quizá uno de los momentos más duales de la vida. Aparecen de golpe, en casi todas las mujeres, sentimientos encontrados con una intensidad muy marcada. Se despierta una emoción nueva, un instinto de protección muy profundo, un amor hacia ese pequeño ser que se acurruca en nuestros brazos. Y, tras los primeros días, y casi siempre al caer el día, el bebé comienza a desarrollar una habilidad que le permitirá expresar lo que necesita. Comenzará con pequeños sonidos y quejidos para desencadenar en llanto, si sus necesidades no son comprendidas por sus papás. Esta situación, puede llegar a ser muy frustrante para los padres, que necesitarán paciencia y práctica para ir entendiendo las necesidades de su pequeño.
Es importante, por tanto, solicitar y aceptar ayuda de familiares y amigos. Visitas prácticas, como ya os escribí en un post anterior (¿Cómo pueden ayudar los familiares los primeros días?), para que la mamá, el papá y el bebé puedan tener este tiempo en común, este periodo de transición para conocerse.
Si hay hermanitos mayores, sería de gran utilidad que los abuelos o un familiar cercano pudieran estar presentes unos momentos del día para jugar y divertirse con ellos. De esta forma, sus necesidades infantiles también se pueden cubrir, porque son muy importantes.
Durante este periodo inmediato tras el parto, es muy importante descansar cuando duerme el bebé. Además, no debemos olvidarnos de alimentarnos correctamente. Muchas veces, con todos los cuidados que necesita un bebé, nos olvidamos de nuestros propios cuidados. ¡Y no tenemos que olvidar el tener siempre agua a mano para poder beber! La lactancia da mucha sed y es necesario beber con cierta frecuencia.
Si puedes descansar, alimentarte e hidratarte adecuadamente, cuando aparezcan estos momentos de mayor incertidumbre con tu bebé, sabrás, cada día con mayor claridad, qué hacer para entender lo que tu bebé te está diciendo. Es un lenguaje muy especial, lleno de ruiditos y pequeños signos que poco a poco se irán desvelando.
El posparto es un periodo de transición. Es pasajero, pero se vive día a día, con paciencia, con cuidados. Permite también que tus emociones contradictorias afloren. No es nada malo sentir esta dualidad. Forma parte de la vida, de vivir Comparte tu sentir y tus dudas en un entorno en el que te sientas acogida, querida, comprendida
A veces, un abrazo es lo único que necesitas. Recuérdalo, quizá es lo mismo que pueda necesitar tu bebé en ciertos momentos.