Importancia de la posición fetal en los bebés

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El bebé, antes de nacer, ha estado nueve meses en posición fetal. Después de su nacimiento es importante que ésta posición sea la más frecuente, sobre todo hasta los seis meses.

¿Cuál es el origen de esta posición?

Durante la vida intrauterina, el feto ejercita la succión al deglutir el líquido amniótico. El labio superior se contrae cuando el niño succiona  (o cuando mama, posteriormente) desencadenando el movimiento en la cabeza que se propaga al tórax, a la pelvis y a todo el cuerpo. Así, cada vez que el bebé realiza la  succión-deglución, se flexiona la cabeza y todo el cuerpo se enrolla en forma de “C” (posición fetal). De este modo organizará toda su motricidad, resultando esta posición (1).

¿Por qué es necesaria la posición fetal en los bebés?

a) Para que se formen adecuadamente las curvas de su columna.

Los músculos que posibilitan el enrollamiento, son los músculos de la región anterior, en particular los músculos rectos anteriores del abdomen que son centrales, y cuando se contraen generan el enrollamiento del tronco en el plano sagital. Al nacer, el tono de la cadena de flexión es más elevado que el tono de la cadena de extensión.

La posición en forma de C, favorece la formación de la curva dorsal, que es la primera en crearse, en forma de una sola curva en toda la columna (fig.1). Posteriormente, cuando el bebé sea capaz de sostener la cabeza, aparecerá la curva cervical y por último la lumbar.

imagen
Dibujo realizado por Lorena Gutiérrez

Fig. 1 Posición fetal  y la formación de la curva dorsal de la columna.
La posición fetal permite:

a)     La activación de la musculatura anterior del cuerpo.
b)     La formación de la curva dorsal (cifosis dorsal).

 

Para evitar dolores de espalda a edades tempranas, es importante que el bebé conserve la flexibilidad y capacidad de colocarse en posición fetal.

Además, los músculos de la parte posterior del cuerpo, los extensores, necesitan que los músculos flexores sepan coordinarse para poder realizar su acción de extendernos, permitiendo la verticalidad del tronco. Los extensores, actúan como muelles que se apoyan en los músculos flexores para enderezar el tronco. Así, la calidad de la posición vertical, dependerá de la calidad para enrollarse (1).

Posteriormente la alternancia entre la flexión (enrollamiento), la extensión (desenrrollamiento) y la torsión, serán la base de la relación con el mundo exterior (1).

b) “Estar enrollado”, base de la relación con el propio “yo”.

Fisiológicamente, después del nacimiento, el bebé necesita colocarse en posición fetal, para encontrar su lugar con respecto a sí mismo y con respecto al exterior. Es una postura que le centra, que le permite descubrir sensaciones internas y también externas, explorar las diferentes partes de su cuerpo y ensamblarlas. Plegar su cuerpo hacia su ombligo, precede en cierto modo a la fase de “desenrollarlo” hacia el mundo exterior (2).

Es necesario estar enrollado (mediante la activación de los músculos flexores) para desarrollar todas las actividades personalizantes de observación (manos delante de su cara, objetos), manipulación (manipular objetos para descubrir el mundo exterior,  o descubrirse sus pies y sus manos – foto 1 – ), creación y relación (tender los brazos hacia su madre), pues éstas tienen lugar en la parte anterior del cuerpo. El niño ha de desarrollar primero sus gestos delante de él para luego pasar a otras posiciones (de lado, sentado, de pie…).

Estas experiencias tendrán una importancia radical para tener éxito, posteriormente, en la escuela y en la vida. Primero debe haber sido capaz de centrarse en su cuerpo, de conocerse, es decir, estar presente en sí mismo.

Como vemos, la capacidad de replegarse es indispensable para  que el niño vaya cumpliendo y superando las etapas de su desarrollo en todas las áreas de su persona: motora, cognitiva, emocional. En definitiva, esta capacidad da un eje a su proceso de evolución.

Fuentes:

  • Maric Madeleine Bézieres, Yva Hunsinger. Aprendo con mi bebé…los gestos de la relación y del bienestar. Editores Independientes. Alicante.
  • Michèle Busquet – Vanderheyden. El bebé en tus manos. Editorial Paidotribo. Badalona. 2009.
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