Siempre debemos recordar que el embarazo es una etapa fisiológica en el cuerpo de una mujer. No significa estar enferma y por lo tanto no implica un descanso obligatorio.
En el primer trimestre, puede existir mucho cansancio y sueño, por el cambio hormonal que se está produciendo en el cuerpo y si encima hay náuseas, la sensación de debilidad crece. Por lo tanto, lo que se sugiere es oír al cuerpo, si te pide hacer siestas, ¡hazlas! y si te pide meterte en la cama a las 8 de la tarde, métete y no pelees contra él.
En el segundo trimestre, el panorama suele cambiar y te encuentras más llena de energía, así que aprovecha ese momento para hacer todas las actividades que quieras y cuidar tu peso. Una mamá que no se mueve, es una mamá que ganará muchos kilos innecesarios que después le costará perder, con las consiguientes molestias del sobrepeso: dificultad para moverse, dolor de espalda y tensión muscular.
En el tercer trimestre, la sensación de pesadez y algún dolor de espalda y cadera aislado pueden aparecer, lo que hace necesario cierto aumento del descanso diario y bajar un poco el ritmo, otra vez el cuerpo da señales de lo que necesita, hay que saber escucharle y hacerle caso. Pero tampoco recomendamos el reposo en cama, una mujer que no camina y no tiene actividad al final, probablemente tendrá pocas contracciones y el bebé puede no encajarse adecuadamente y por lo tanto se expone a embarazos prolongados.
Las actividades que recomendamos son aquellas que minimicen el impacto y la posibilidad de caída sea escasa, como por ejemplo caminar, la natación, el pilates, la elíptica, la bicicleta estática y el baile son lo ideal. El correr, el coger peso y el montar bicicleta, aunque son deportes buenos, es mejor dejarlos para otra etapa de la vida. Es cuestión de sentido común.
Salvo indicación médica, el reposo absoluto está contraindicado. En algunas mujeres con amenazas de aborto o de parto prematuro sí que necesitamos el reposo como un arma terapéutica para mantener el útero relajado.
Además, no hay que comer por dos, no debemos dejarnos mimar hasta el punto de que no podamos hacer nada. Es cierto que ahora dejamos pasar más años para tener nuestro primer embarazo y es algo que se nota, a las mamás les pilla más cansadas, pero hay que ir sacando esa energía para cuando llegue el retoño.
Milagros Molina. Ginecóloga.