Es muy habitual que las mujeres embarazadas tengan infecciones de orina en los tres trimestres del embarazo. La vejiga se vacía menos porque el útero gestante impide la correcta evacuación de orina y esto favorece las infecciones, así que no es porque estés haciendo nada mal.
No es algo que te deba preocupar en exceso, pero es conveniente tratarla siempre con antibióticos para evitar que irrite la vejiga y que por contigüidad irrite también al útero. Este mecanismo es una causa frecuente de contracciones antes de tiempo, pudiendo incluso desencadenar una amenaza de parto prematuro por lo que menos mal que existe una variedad de antibióticos seguros para el bebé en el embarazo, así que si tu médico te los indica tómalos con confianza.
En mujeres que no están embarazadas, si tienen un análisis de orina con bacterias pero no tienen síntomas, no es necesario tratar. Pero en las mujeres embarazadas, aunque no tengan síntomas de cistitis es recomendable el tratamiento. Por eso, en todos los trimestres del embarazo se suele mandar un cultivo de orina. Además, si tienes síntomas inespecíficos, como por ejemplo dolor por encima del pubis, es mejor que se lo comentes a tu médico para que pueda valorar la situación.
En mujeres que ya han tenido más de un episodio de infección de orina se recomienda que beban mucho líquido (más de dos litros al día), que miccionen frecuentemente sin dejar más de 6 horas la vejiga llena y miccionar después de las relaciones sexuales.
Es bastante frecuente también que muchas mujeres confundan los síntomas de cistitis con alguna infección vaginal. La cistitis habitualmente se manifiesta con micciones muy frecuentes y poca cantidad de orina cada vez asociado a dolor/ardor al realizar la micción. Por otro lado las vaginitis se suelen caracterizar por flujos anómalos (amarillentos, grumosos o con mal olor), discomfort a la entrada de la vagina o picor vaginal. Si tienes duda ante los síntomas que tienes es mejor preguntar a tu especialista.