Uno de los temas que a los padres les causa más estrés en los primeros días, y sobre todo si son primerizos, es si van a saber entender a su bebé y le van a poder cubrir todas las necesidades. Otra situación que les causa agobio es el saber por qué lloran.
Lo primero que tenemos que tener en mente es que el lloro, los gestos y muecas en los bebés son la única manera de comunicarse. El llanto es la principal forma de comunicación del bebé, especialmente en lo que se refiere a la expresión de las emociones negativas. El niño llora cuando tiene hambre, si tiene miedo, si está enfadado o si siente dolor, por lo que es mediante el lloro, como el bebé nos va a demandar lo que necesite.
Hay expresiones que son universales y podemos relacionar sin problemas.
El poder interpretar el lenguaje de los bebés consigue principalmente beneficios en los padres, aún más si son primerizos y también, claro, en los propios bebés. Mejora la autoestima de los padres, su confianza, y creen más en sus capacidades para el cuidado de su bebé, así como sienten un mayor control de la situación. También destacan que el bebé tiene mejor descanso nocturno, ya que lloran menos y se despiertan menos.
Por estos beneficios, vamos a ver algunos gestos o muecas que expresan los bebés para demandar sus necesidades, para facilitar un poco la comunicación entre los padres y el bebé.
La expresión facial del asco podemos identificarla por la aparición de un descenso y unión de las cejas, elevación de mejillas, reducción acentuada de la abertura de los párpados, nariz fruncida y arrugada, y elevación de la barbilla.
La expresión facial de miedo, podemos identificarla por la elevación de la parte interior de las cejas, por la elevación del párpado superior, el alargamiento de la comisura de los labios y la separación de los mismos.
No obstante, el reconocimiento de estas emociones a partir del lloro y muecas no es infalible. Es necesario atender a las condiciones que rodean la situación y el momento en el que se presentan para identificar más correctamente tanto las emociones como las necesidades del bebé.
Al principio, muchas veces es ir probando para saber por qué llora, e ir descartando opciones y quedarse con las muecas que va poniendo habitualmente. Las primeras a probar serían: hambre, incomodidad, sueño, gases, dolor. Con el tiempo, no habrá ninguna duda y se responderá en el momento a la demanda del bebé.