Esta es una duda muy frecuente cuando las mujeres esperamos a nuestro segundo hijo. ¿Cómo es posible que pueda sentir tanto amor hacia otro bebé con todo lo que ya siento hacia el primero?
Durante el primer embarazo las mujeres, en general, nos cuidamos mucho. Prestamos especial atención a lo que comemos. Nos apuntamos a clases especiales para embarazadas. Es un momento idóneo para probar Yoga para Embarazadas o cualquier otra actividad que nos agrade y nos haga sentirnos bien porque se supone que tenemos que estar tranquilas, relajadas para el bienestar de nuestro bebé. Nuestra pareja, muy emocionado con la noticia, nos cuida de forma especial. Solemos vivir un pico de enamoramiento mutuo.
Con el segundo embarazo, las cosas cambian ligeramente. Si además nuestro hijo mayor es aún pequeño, con menos de tres años, ¡madre mía!, nuestra situación, honestamente, dista mucho de la vivencia casi idílica del primer embarazo. No tenemos el mismo tiempo para cuidarnos que teníamos antes porque hay otro ser, aún pequeñito, que necesita nuestra atención. Nos sentimos mal y culpables por no prestar toda la atención a la barriguita que va creciendo. Ahora no podemos descansar todo lo que quisiéramos, el embarazo, en general, nos resulta más pesado. Ir a clases de yoga resulta ahora una odisea
No hay forma más liberadora que expresar los sentimientos, compartir las dudas sobre lo que supone otro embarazo, ¡otro posparto!. Es importante que en estos momentos podamos contar con una red de mujeres donde no nos sintamos juzgadas.
Reconocer los sentimientos, expresarlos y sentirnos acogidas sin ser juzgadas es fundamental para poder tomar decisiones y gestionar las sensaciones que van aflorando. Cuando las mujeres, en nuestros encuentros, comparten estas dudas entre la culpa y la tristeza, bajo la voz y les susurro: Los primeros bebés, se llevan toda la atención, pero los segundos bebés: ¡Toda la experiencia!
Sus semblantes cambian, y se les dibuja una hermosa sonrisa… Una maravillosa recompensa en esta magnífica labor que es ser madre.