La evidencia científica asegura que la leche materna es la mejor opción para la alimentación durante los primeros meses de vida del recién nacido o lactante.
La ‘Leche Humana’ es un producto vivo de gran complejidad que ayuda al adecuado desarrollo del lactante, adaptando su composición de manera natural a sus necesidades.
La lactancia materna es la mejor forma de aportar a cualquier bebé los nutrientes que necesitan para su crecimiento y desarrollo de una forma saludable. Es muy raro que alguna mujer no pueda amamantar si tiene la información adecuada y el apoyo necesario por parte de su sistema de salud y de su familia.
Es importante respetar los ritmos que nos marque el bebé y adaptarnos para que mame a demanda. No es necesario esperar a tener la sensación de pecho lleno; la leche se produce durante la toma gracias a la succión del bebé.
Permite que el bebé mame del primer pecho todo lo que desee, hasta que lo suelte. Después ofrécele el otro. No siempre lo querrá, pero no es un problema, la leche del final de la toma es más rica en grasa y calorías, por lo que el bebé se sentirá satisfecho.
El contacto estrecho con la madre durante el amamantamiento, con máximo contacto físico e intercambio de olores y sonidos, propicia el bienestar y la tranquilidad del bebé a la vez que ayuda a crear un vínculo afectivo entre la madre y el hijo.
Fuente consultada:
Hidratación
Todas las necesidades de hidratación del bebé hasta los 6 meses están cubiertas por la lactancia materna, por lo que no es necesario un aporte extra de agua.
Fuentes consultadas:
Beber 2 L de agua al día contribuye a mantener las funciones físicas y cognitivas normales. Bezoya recomienda una dieta variada y equilibrada y un estilo de vida saludable.
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