La llegada al mundo de un hijo es un momento mágico en la vida de una mujer, aunque el desconocimiento y la incertidumbre del momento del parto puede hacer que lo vivamos con cierta ansiedad.
¿Cómo es el parto? ¿Me dolerán las contracciones? ¿Cuándo sabré que mi bebé está preparado para salir? Estas son algunas de las dudas que pueden plantearse cuando se acerca el momento del nacimiento de nuestro hijo.
En este caso, la figura de la matrona es esencial para informarnos y acompañarnos durante este proceso natural, y ayudarnos a vivirlo con tranquilidad.
Las contracciones son uno de los mecanismos que se llevan a cabo durante el parto para ayudar a nacer al bebé. A continuación veremos qué papel juegan en cada una de las fases del parto:
1- Preparto:
Durante este intervalo, el útero comienza a prepararse para el parto. Durante un periodo que puede durar hasta 72 horas, las contracciones ayudan a que el cuello del útero se vaya acortando paulatinamente para que posteriormente comience a dilatarse.
En esta fase, las contracciones uterinas suelen ser indoloras y suaves. Son irregulares y tienen una duración corta.
2- Dilatación:
Una vez transcurrido el preparto, el útero está preparado para comenzar con la siguiente fase: la dilatación del cuello del útero. Las contracciones ayudan a que el cérvix se dilate hasta borrarse por completo para facilitar la salida del bebé. Primero tiene lugar la dilatación pasiva, en la que el cuello del útero se dilata de 0 a 3 cm. Después se produce la dilatación activa, en la que se produce la dilatación del cuello del útero de los 3 a los 10 cm.
En esta fase, las contracciones uterinas comienzan siendo más cortas e irregulares en el primer periodo, y son de una intensidad moderada: se producen cada 10-12 minutos y con una duración de unos 20 segundos. La dilatación termina con unas contracciones regulares y de una gran intensidad: se producen aproximadamente cada minuto, y con una duración de casi un minuto.
3- Expulsivo:
En la fase anterior, el bebé ha descendido hasta el final del canal del parto, al mismo tiempo que se producía la dilatación del cuello del útero hasta su borrado completo. Ha llegado el momento llamado expulsivo, en el que se producirá el nacimiento del bebé.
Durante esta fase, las contracciones uterinas ayudan a la salida al exterior del bebé; en cada contracción los pujos de la madre contribuirán al nacimiento del niño.
En este momento las contracciones aumentan en intensidad y pueden tener una duración de hasta un minuto y medio, aunque pueden espaciarse hasta 3 minutos en el tiempo.
4- Alumbramiento:
Una vez que se ha producido el nacimiento del bebé, tiene lugar la expulsión de la placenta y las membranas. Es un proceso que puede tener una duración de hasta una hora si se produce de forma natural.
En este momento, las contracciones vuelven a ser suaves y poco dolorosas y su función es la de contraer el útero para ayudar al desprendimiento y salida de la placenta. La contracción del útero una vez que ha producido el alumbramiento actúa como una medida para controlar y evitar el sangrado.
Como acabamos de ver, durante el proceso de parto las contracciones tienen un papel diferente en cada fase, por eso varían en intensidad y frecuencia.
Conocer este proceso y vivirlo de forma consciente sin duda nos ayudará a afrontar con serenidad e ilusión el momento más especial de nuestra vida: el nacimiento de un hijo.
Patricia Fonseca Alcón
Diplomada universitaria en Enfermería