El primer año de vida de un bebé es muy intenso, emocionante y probablemente uno de los más importantes y parece que no, pero ¡pasa volando! Querríais guardar para siempre sus primeras carcajadas, sus primeras palabras, esa forma tan graciosa de gatear y todas esas caritas que pone ¿a que sí? Pues bien, las fotografías nos permiten que todos esos momentos permanezcan para siempre en nuestras vidas.
Así que prestad atención ya que existen diferentes etapas a la hora de fotografiar a un bebé y es en este post donde os vamos a hablar de cada una de ellas y de cómo sacarle el máximo partido.
Durante sus primeros 15 días se presenta la etapa Newborn (Recién Nacido), en la que fotografiamos al bebé dormido -cuando aún mantienen la posición fetal- y conseguimos fotografías muy especiales de esos primerísimos días. Tened en cuenta que estas fotografías requieren conocimientos muy especializados y no las puede hacer cualquiera: os aconsejo acudir a un profesional especialista en recién nacidos, que sepa manipularlos con seguridad y que conozca todas las técnicas de posado para poder realizar este tipo de sesiones con garantía. Una de las partes más complicadas en este tipo de sesiones es la de dormir al bebé ya que para realizar la mayoría de las poses éste deber estar en sueño profundo o si no, se despertará. Si deseáis realizar fotografías en casa durante esta etapa no intentéis imitar esas poses ejecutadas por profesionales: muchas veces son montajes y aunque no lo veáis, el bebé está sujeto por alguien. Es preferible que realicéis fotografías sencillas sin posados, en su cuna o envuelto en un arrullo, o con vosotros en brazos, y preservéis, ante todo, su seguridad.
Pasados los primeros 15 días, el pequeño empieza ya a estirarse, a dormir menos… Y probablemente aparezcan los primeros cólicos. Cuando más complicado se hace hacerles fotos es entre el 1er y 3er MES ya que agitan constantemente los brazos y las piernecitas debido a que aún no controlan sus músculos; y por la misma razón no dejan de hacer muecas con la cara, por lo que se convierte en complicado fotografiarle bien. Aún, durante este período, no responden bien a los estímulos para que miren a la cámara y por lo general tampoco ríen mucho, o sólo lo hacen con sus padres. Ya sabéis, conseguir fotos buenas en esa fase es todo un reto, aunque a base de paciencia seguro que sale algo.
A partir de los 3-4 MESES es cuando ya empiezan a tener más fuerza en el cuello, a interactuar más y a regalarnos sonrisas. Sin embargo, estamos limitados en cuanto a poses porque aún no se sostienen sentados por sí mismos: el mejor modo de fotografiarlos en esta fase es tumbarlos sobre mantas. Podéis fotografiarlos desde arriba mientras están tumbados sobre su espalda, o bien desde el frente a su misma altura, cuando están tumbados sobre su estómago, aunque en esta última posición no aguantan mucho y se cansan. Otra buena opción es meterlos en cestitos o cajas, siempre acolchadas, asegurándonos siempre de que el bebé no pueda golpearse, caerse ni rozar con nada, y con alguien a su lado, por seguridad. En esta fase os aconsejamos fotografiarlos con poca ropa, sólo con cubre pañal, ya que al no poder sentarse no la lucen casi y así queda mucho más bonito.
Alrededor de los 7 MESES es cuando ya se sientan por si solos sin dificultad. Son los “Sitters” -término en inglés para bebés que ya se sientan-: este es el mejor momento para fotografiarlos. Son grandes modelos y están muy receptivos a los estímulos del fotógrafo; además es fácil hacerles reír y aún no gatean, con lo que no van a ningún lado. Te aconsejamos que aproveches esta fase para vestirlos con trajes bonitos. Sobre los 10 MESES seguirán siendo buenos modelos, pero se complica un poco la cosa con los gateadores. ¡Los hay muy rápidos que, a veces, no te dan ni un segundo para enfocar! En ese caso siempre podemos meterlos en alguna caja o cesto para ganar algo de tiempo.
La última etapa del año es, cómo no, la de los 12 MESES: aquí muchos ya se sostienen en pie apoyándose sobre algo. Y por supuesto…. ¡Es su 1er cumpleaños! Una idea divertida y diferente de celebrarlo es la sesión CAKE SMASH: monta un decorado de fiesta, prepara una tarta especial para bebés, y fotografía al tuyo mientras destroza su propia tarta. Normalmente es la primera vez que prueban el dulce y siempre es una sorpresa ver cómo reaccionarán. Recomendamos a los padres que experimenten primero en casa… No a todos los bebés les gusta ensuciarse. También es importante informar de cualquier alergia y haberle introducido el huevo ya en la dieta. Para terminar la sesión puedes meterle en un bañito de espuma y realizar también fotos muy divertidas.
Como indicaciones generales, en cualquiera de las etapas, os quedarán más bonitas las fotos si usáis una luz natural suave y lateral (por ejemplo, luz que entra por una ventana), y para llamar su atención y que miren, debemos usar sonidos y objetos coloridos. También os conviene saber que por la mañana los bebés suelen estar más receptivos y muy importante: tened en cuenta sus horarios, sobre todo sus horas de sueño, ya que si tienen sueño no habrá nada que hacer porque estarán de mal humor.
Disfrutad viendo cómo crece vuestro bebé, etapa a etapa, y guardad ese recuerdo como un tesoro. Vosotros os seguiréis emocionando cada vez que veáis esas fotografías, y ellos seguro que os lo agradecerán cuando sean mayores.
Kristina Reche (Fotógrafa en Petit Monde Fotografía)