¿Dejo que mi perra se acerque a mi bebé? ¿Se pondrá celoso mi gato del pequeñín?
Muchas de estas preguntas pueden aflorar cuando cruzamos el umbral de la puerta con un bebé en los brazos.
La llegada de un recién nacido al hogar es uno de los momentos vitales más importantes de nuestra existencia. Un nuevo ser, con sus necesidades, con su temperamento, con su lenguaje no verbal. Todos nos tenemos que adaptar, encontrar nuestro lugar, sin prisa, con calma, fluyendo.
¿Qué pasa cuando además tenemos una mascota en casa?
Los animales de compañía más comunes en nuestros hogares suelen ser los perros y los gatos. Estos animales poseen una sensibilidad extraordinaria, con una sutileza que muchas veces se escapa a la razón. Es cierto también, que cada animal presenta su propio temperamento y sus propios gustos. Además, es posible que tengan una afinidad más marcada hacia uno de los miembros de la pareja.
No podemos olvidarnos de que estos seres forman parte de la familia, especialmente si ya estaban con nosotros antes de la noticia del embarazo. Tienen su lugar en la casa, su lugar en la dinámica familiar.
Y aparece un bebé, ¿qué harán?
No tenemos que olvidarnos de que el embarazo también ha formado parte de sus vidas. Los animales sienten y los que tenemos animales de compañía con nosotros, sabemos que algo ha cambiado que empiezan a reaccionar de forma diferente, como si supieran.
Cuando llegamos con el bebé sería importante presentárselo a nuestra mascota, con suavidad, con palabras amables, permitir que el olfato ubique este nuevo olor, esta nueva presencia.
Son absolutamente sorprendentes y verdaderamente bellas las reacciones tan positivas de nuestras mascotas hacia los bebés, cuando se sienten acogidas como un miembro más de la familia.
Seguro que muchas de vosotras habéis podido constatar cómo estos animales se convierten en protectores y guardianes de la diada mamá-bebé, como si supieran que, ahora, lo importante es cuidarlos a ellos.