Nuestro bebé ya está con nosotros después de una larga espera. Su cuerpo es tierno, su piel suave y tersa. Es sedante mirarle mientras duerme, se entra en un estado de trance indescriptible… Y empieza a moverse, a llevar sus manitas a la cara y… ¡Ay! Vemos que se ha arañado la carita con sus diminutas uñas.
Cuando miramos las manos de un recién nacido, nos suele sorprender la longitud de sus uñas. Las uñitas de los bebés, al nacer, son muy delgadas y transparentes y tienden a curvarse en el extremo, de forma que se pegan ligeramente a la piel de su dedito.
¿Cómo hacerlo si decido cortar las uñas?
Si se toma la decisión de cortar las uñas al bebé, sería conveniente tomar una serie de precauciones debido a la fragilidad de las mismas:
- Realízalo en un ambiente en el que tengas suficiente luz y puedas ver con facilidad sus delicados dedos.
- Te resultará más sencillo hacerlo cuando el bebé esté dormidito, porque no se moverán tanto sus manitas.
- Otra opción puede ser llevarlo a cabo tras un baño relajante. Por un lado, el bebé estará más tranquilo y, por otro, las uñitas se encontrarán más blandas.
- Utiliza utensilios específicos para cortar uñas de recién nacidos. Se pueden utilizar unas tijeras de borde redondo o corta uñas específicamente diseñados para este fin.
¿Puedo no cortar las uñas?
Muchos padres deciden no cortar las uñas. En realidad al ser estas uñas tan finas y transparentes, se acaban desprendiendo solitas en su extremo distal en las primeras semanas.
¿Y si le pongo guantes?
Efectivamente, los guantes evitarán que el bebé se arañe la carita. Pueden ser una buena opción mientras están dormiditos, pero a la hora de realizar su toma, sería conveniente que tuviera sus manitas libres para que puedan colocarse ellos de forma autónoma.
Es importante que cada pareja podáis elegir aquella opción que sea más afín a vosotros.
¡Ah! Los bebés están en continuo crecimiento y sus uñitas también. Habrá mucho tiempo para practicar… ¡Haz de esta rutina un hábito agradable para tu pequeño!