La vuelta a casas tras el parto con un nuevo miembro de la familia es un momento de la re organización de los horarios y las rutinas. Las familias tienen que adaptarse en cierto modo al ritmo del sueño del bebé atendiéndolo a demanda y aprovechando cada momento que el bebé lo permita para descansar.
Los primeros días, el recién nacido estará durmiendo la mayoría del tiempo. Se despierta para alimentarse cada pocas horas y después de la toma normalmente vuelve a dormirse plácidamente indistintamente de noche o de día. Con el tiempo y poco a poco, el bebé irá estableciendo su ritmo de sueño. Su aprendizaje será más fácil si se establecen unas rutinas.
Es importante, que el bebé aprenda a distinguir entre el día y la noche. Lo podemos conseguir modificando el ambiente de descanso. Tenemos que proporcionarle un ambiente tranquilo, una habitación ventilada con una temperatura constante de aprox. 20ª C y sin corrientes de aire. Durante el día dejaremos la persiana subida para que entre un poco de luz, con la puerta de la habitación abierta para que perciba la actividad y movimiento en casa. Seguiremos con nuestras actividades cotidianas, y de noche cerraremos la persiana. La casa se quedará en silencio: es un tiempo del descanso para toda la familia.
Otra rutina que podemos establecer es el baño diario. Sabemos que no es necesario bañar a los bebés todos los días por motivos de higiene, sin embargo es muy beneficioso como rutina diaria porque permite al bebé asociar este momento con la proximidad del momento de descanso.
Siempre aconsejo a los padres que escojan para el baño un momento de tranquilidad, a última hora de la tarde, y más o menos a la misma hora. Hay que preparar todo lo necesario, adecuar la temperatura del ambiente y convertir este momento en una experiencia muy agradable para todos. El baño tiene que ser un momento relajante, podemos aprovechar para realizar un masaje, es el momento de mimos y caricias. A continuación siempre tiene que venir la última toma del día… ¡y a dormir!
En mi opinión establecer unas pequeñas rutinas de la vida cotidiana son muy beneficiosas para los bebés y también para los padres. A los niños les permiten adaptarse con más facilidad a la nueva vida, y a los padres disponer de ratitos para el descanso, relax, momentos de disfrutar todos juntos y también momentos para la pareja. Todo esto permite hacer más llevaderos los primeros días de vuelta a casa, que a parte de momentos de gran emoción y felicidad para toda la familia, pueden resultar complicados hasta que nos adaptamos todas a las nuevas circunstancias.
Felicidades a los recientes papás, ¡¡¡disfrutad de estos momentos!!!