Actualmente estamos viendo que vuelven los pañales de tela, ese objeto de puericultura que las abuelas pensaban que dejaban atrás. Vale la pena reconocer que están mucho más avanzados que años atrás, porque son más prácticos, absorbentes y existen multitud de diseños realizados con materiales diferentes, como de bambú, forro polar, fibras naturales… Además de ser de muchos colores y con dibujos divertidos.
Seguramente los escogeríamos por un tema de ecología y ahorro económico. Aunque de entrada la inversión es mayor, a la larga se ha comprobado que hay un ahorro, incluso añadiendo el gasto de agua y detergente para lavarlos. En general, se adaptan a la talla del bebé y los puedes usar para todas sus etapas, aunque no se recomienda usarlos con los recién nacidos, porque sus caquitas son muy pegajosas y manchan mucho por lo que son más difíciles de lavar.
El inconveniente principal de su uso son las lavadoras. La familia tiene que organizarse muy bien para no acumular pañales sucios o quedarse sin limpios. Hay que tener claro que habrá más lavadoras, pero también se pueden combinar con los desechables que son muy prácticos. Por ejemplo, algunas familias prefieren usar los desechables cuando están fuera de casa para no acarrear con el pañal de tela sucio, aunque hay soluciones como llevarlo en una bolsa para ese uso.
En el mercado hay diferentes modelos y si quieres usarlos tendrás que investigar un poco. Por ejemplo, hay pañales de una sola pieza que son más prácticos porque no hay que doblar y guardar diferentes partes, pero tardan más en secar y, además, si se gastan, habría que comprar todo el pañal entero. Otros son de dos piezas (el cobertor y el pañal absorbente) que son más fáciles de lavar y secar pero son más partes para doblar y guardar.
Uno puede comprar un pack pequeño y probar si realmente encajan con la organización familiar. La cantidad que vas a necesitar dependerá de la frecuencia con la que quieras poner lavadoras y las cacas que hace tu bebé. Si un bebé pequeño hace entre 9 y 12 cacas al día y se suelen poner lavadoras de pañales cada 2 o 3 días, se estima que lo óptimo es tener entre 20 o 40 pañales. Las deposiciones se tiran al WC y se lava a mano la zona. Cuando están sucios, se acumulan en seco en un cubo tapado pero ventilado, aunque a veces está recomendado dejar el cubo lleno de agua, pero con mucho cuidado porque este método puede provocar hongos.
En su lavado, no es conveniente poner mucho detergente; como mucho, un cuarto del tapón y no se usa suavizante. Es muy importante aclarar bien; un truco es programar un doble aclarado de la lavadora, para que no haya ningún resto de detergente, que provoca muy mal olor en contacto con la orina y que, además, puede irritar la piel del bebé. Además, se pueden introducir en la secadora, pero lo ideal es secarlos al sol que es un desinfectante natural y ayuda a limpiar las manchas de caca.
Los pañales de tela tienen diferentes accesorios, pero los principales son: cubo para guardarlos, bolsa para el paseo y forros protectores lavables o desechables, que sirven para proteger el pañal de la caca y es más fácil de tirar la deposición, aunque cada vez hay más novedades para mejorar esta opción.