Cuando un bebé nace si lo dejas sobre el vientre de mamá trepará hasta el pecho, estirando y flexionando piernas y brazos. Principalmente se guía por el olfato, que es el sentido más desarrollado al nacer, oliendo a mamá y siguiendo el olor del calostro. También se guiará por el color oscuro que tiene el pezón de mamá, que ha cambiado de color para que el bebé encuentre más fácilmente su alimento en esta etapa de la lactancia materna. Y como el bebé está con mamá, está en su hábitat, protegido y seguro, puede hacer lo que le toca hacer.
A partir de aquí podemos observar los signos del bebé para descifrar su comunicación. Debemos pensar en sus necesidades: alimento y nutrición, amor-vínculo, caquitas, dormir, comodidad, frío, calor… Cuando un bebé abre la boca y se lleva el puño o empieza hacer ruiditos, está activando el reflejo de búsqueda porque quiere comer. Si al poco ratito llora, este llanto suele ser un signo tardío del hambre. Es mejor no esperar a que llore para darle de mamar. Además, si está más nervioso y enfadado, puede que le cueste engancharse bien al pecho e incluso digerir, como a ti misma, que si comes enfadada no te sentará igual. Cuando está comiendo pone en marcha el reflejo de succión que le sirve para obtener la leche, pero succionar forma parte de su desarrollo y también en calma.
He nombrado solo dos, pero existen otros reflejos como:
• Reflejo de prensión palmar. Cuando tu bebé te agarra el dedo y no lo suelta o cuando amorosamente te agarra del cabello, nos recuerda a nuestros parientes los chimpancés que se agarran fuertemente al pelo de su mamá incluso para portearse.
• Reflejo de prensión plantar o el reflejo de cerrar los dedos del pie.
• Reflejo de Babinski es el relativo a abrir los dedos de los pies como abanicos ante la presencia de un determinado estímulo.
• Reflejo de apoyo y marcha que es el que aparece cuando intenta andar estando agarrado por las axilas.
• Reflejo de brazos en cruz (“moro”). Cuando tu bebé oye un ruido o hay algún un movimiento inesperado, parece que se asusta, extiende los brazos y luego los recoge sobre su pecho.
Todos estos reflejos contribuyen a la supervivencia en los primeros meses del bebé y son signos de un buen desarrollo.
Un bebé llega al mundo con muchas habilidades: tiene unos movimientos concretos, tiene reflejos, se guía por sus sentidos… Y los adultos podemos observar al bebé y sacar pistas de lo que necesita. También debemos proteger esta etapa de desarrollo no usando colonias que le despisten, tratando de no convivir con ruidos demasiado fuertes porque sus oídos son sensibles…
Es importante tener en cuenta la forma de ser de tu bebé, porque cada uno es una personita diferente, con carácter propio que se va formando a medida que crece, pero forjado ya desde la barriga de mamá. Así que cada uno tendrá su intensidad en el llanto, su frecuencia, sus gestos particulares y sus preferencias.
El movimiento del bebé también es una guía, por ejemplo cuando mueve las piernas, aprieta puños y a veces incluso se pone colorado… son gestos que hacen todos los bebés para evacuar y hacer caquitas. Muchas mamás con el paso de las semanas saben perfectamente cuando su bebé quiere hacer pipí o caca y eso se consigue a base de observar y de estar junto al bebé.
Con el tiempo, la mamá también reconocerá cada llanto de su bebé: un llanto de hambre, otro de molestia, cuando llora de sueño, cuando reclama compañía, brazos y contactos.
Confía en ti misma como mamá, porque con el paso de los días y en base a la observación irás conociendo a esta criatura tan especial. Al nacer empezáis una nueva manera de conoceros. También confía en tu hijo/a porque a su manera, sabe comunicar lo que necesita y, si no, poco a poco lo va aprender. Una se hace mamá un poquito más cada día, un hijo/a cambia constantemente. Los signos del inicio de la vida desaparecerán para dar paso a otras etapas, y, los padres, irán creciendo junto a sus hijos y sus momentos vitales…
¡Hay un largo y muy lindo camino por recorrer, observa a tu bebé y confía!
Fuente: Dosier informativo para las familias de Moltpekes, autoras: Dra. Paula Rodríguez pediatra y experta en lactancia materna IBCLC, Ester Guerrero enfermera y experta en lactancia materna IBCLC.