Las pruebas sin estrés o N.S.T. por sus siglas en inglés, se realizan para valorar el bienestar del feto y se hacen a partir de las 37 semanas de gestación aunque la paciente no presente ninguna patología. Son pruebas complementarias basadas en el estudio de los cambios de la frecuencia cardíaca fetal (F.C.F.) asociados a estímulos diversos o a contracciones uterinas. Son pruebas ambulatorias; se establece un margen de seguridad de 1 semana ante un resultado normal. Si la patología lo requiere, se realizarán bajo ingreso y se harán cada 12 horas.
La monitorización anteparto consiste en el estudio de la respuesta de la Frecuencia Cardiaca Fetal a los movimientos fetales o a la actividad uterina anteparto (contracciones).
Se colocará un transductor de ultrasonidos donde esté el dorso del bebé, y un tocodinamómetro a un tercio del fondo de útero para registrar la actividad uterina. Esta prueba tiene, como término medio, una duración entre 20 y 30 minutos. La paciente puede estar en decúbito supino (tumbada boca arriba) o en posición lateral.
Se basa en el hecho de que el monitoreo de la frecuencia cardiaca fetal es el reflejo más acertado de la oxigenación del bebé en un determinado momento.
El promedio de latidos fetales oscila entre 120-180 por minuto. Así que una alteración significativa de este ritmo, inferior o superior delata que existe algún tipo de sufrimiento fetal, bien sea por falta de oxigeno, mala colocación o por cualquier otra causa.
Para realizar esta prueba el feto debe estar despierto, por lo que se recomienda haber desayunado o tomar alguna comida o bebida dulce para que el feto esté más activo en el momento de realizar esta prueba.
¿Qué es la braquicardia? Es un descenso de la frecuencia cardiaca fetal (descenso de las pulsaciones del corazón del bebé). El corazón fetal late más rápido que el del adulto. El promedio es de 140 latidos por minuto, con un rango normal de 110 a 170 latidos. Un latido más lento puede ser signo de que algo debe ser revisado.
Normalmente te volverán a citar para realizar esta monitorización para dentro de una semana. Hasta esa cita será bueno que sea la embarazada la que vaya controlando los movimientos fetales, siendo lo más normal notar algún movimiento cada hora. Debemos tener en cuenta también que esta frecuencia suele descender en la recta final del embarazo, ya que el espacio que le queda al feto es ya muy reducido.
Es probable que a estas alturas del embarazo se produzca el ansiado parto en cualquier momento, pero, mientras llega este día, la monitorización hará que estés más tranquila respecto al bienestar de tu futuro bebé en sus últimos días en el vientre materno.
Pastora Bembibre
Matrona Centro de Educación Maternal BCX