En el maravilloso programa de Bebé a Bordo hemos tenido la oportunidad de ver a bebés reptar, desplazarse y alcanzar el pecho de su madre. Hemos presenciado, con emoción, fascinación y dulzura, cómo los bebés saben lo que tienen que hacer cuando los dejamos en el entorno en el que esperan estar al nacer: en contacto piel con piel con su mamá.
Pero, ¿se puede hacer con papá?
¡Claro que sí! De hecho lo vimos también en Bebé a Bordo. Pudimos ser testigos de cómo el pequeño Bruno era acogido por Juan, su papá. El bebé, como su naturaleza instintiva le marca, intentará reptar y llegar al pecho ¡Está programado para ello!
No obstante, el bebé preferirá a su mamá, porque entre otras cosas, encontrará un pecho para succionar.
Entonces, ¿cuándo puede ser recomendable hacerlo?
Podría ser muy recomendable en aquellos casos en los que el bebé haya nacido por cesárea, y la madre, tras la intervención y siguiendo la política del hospital, tenga que permanecer en salas de reanimación.
En estos casos, la madres suelen ir hacia un sitio, el bebé suele ir hacia otro lugar y el padre se queda esperando, emocionado e impaciente a la vez por estar juntos los tres.
En algunos hospitales, ya se está llevando a cabo una forma más amable y comprensiva de actuar en relación a las necesidades de los tres: Mamá, Papá y Bebé.
En ciertos centros, tras una cesárea, la reanimación se hace en una sala en la que están los tres juntos. Esto es lo ideal, que no haya separación de mamá y bebé, y además, está el padre en estos momentos iniciales tan emocionantes.
En otros lugares, si no existe esta posibilidad conjunta, se está invitando al padre a que realice piel con piel con su pequeño bebé hasta que la madre vuelva a reunirse con ellos.
¿Qué beneficios tiene esto?
La mamá, en su espera, sabe que el bebé está en brazos de su padre.
El bebé, en espera de su mamá, está en el mejor sitio que podría estar. Caliente y con papá.
Y, el padre, cuando les pregunto cuál es su sensación, la respuesta suele venir con una gran sonrisa y con un brillo de emoción en los ojos ¡INDESCRIPTIBLE!