¡Hola! En los días de frío y lluvia, salir al parque con los niños es más complicado. A algunas madres se les puede venir el mundo encima, pero las tardes en casa pueden pasar a ser muy divertidas y convertirse en otra oportunidad para jugar muy de cerca con los hijos y conocerles de otra manera. Yo, personalmente, soy muy fan de las tardes en casa… Será porque soy muy hogareña y disfruto mucho teniendo a todos mis niños a mi alrededor, más o menos controlados.
Hay muchas opciones para entretenerse en familia durante una tarde lluviosa o de mucho frío, solo es cuestión de imaginación o simplemente, ¡de buscar en Internet! Pero para aconsejaros de primera mano, entre los planes que nosotros solemos hacer os propongo:
1. Una tarde de manualidades
Es divertido, fomenta la creatividad de los niños (hasta la tuya propia) y el trabajo en equipo. Os recomiendo que visitéis la sección de DIY de Bezoya donde encontraréis todo lo necesario para sobrevivir a una tarde de manualidades y varios proyectos sencillos.
2. Jugar al escondite en casa
Esto es divertidísimo… Te puedes pasar horas y horas y ellos seguirán encantados. Siempre hay escondites que se repiten y nuevos rincones que sorprenden. Un consejo: apaga muchas de las luces de la casa para darle más emoción al juego.
3. Bailar
Deja que tus hijos hagan coreografías con música, eso a los míos ¡les chifla! Les pones sus canciones favoritas y les dejas que ensayen y ensayen hasta que finalmente te invitan a la función oficial. Con el entusiasmo que ponen seguro que te preparan hasta ticket y todo.
4. Juegos varios
Aquí entran todos los juegos que podáis imaginar y, sobre todo, que tengáis a mano, en vuestro cuarto de juegos: desde construir una torre de Lego pasando por los Playmobil, las cocinitas… ¡Incluso hacer puzles les mantendrá entretenidos! Aunque ya sabéis que los niños se cansan en seguida y les gusta cambiar de actividad en un abrir y cerrar de ojos… ¡Así que os recomiendo tener varios en mente!
5. La lectura
Sentarse a leer, tanto si saben cómo si no: la lectura les relaja muchísimo convirtiéndose en una buena opción para cuando les vemos un poco más alterados. A Mia le encanta, y para ella tumbarse en el sofá y leer es un planazo. Ahora mi hijo Leo empieza también, y noto como su curiosidad por los libros va en aumento; y el mismo Teo, aunque de momento no lee le encanta hojear libros, dibujos y colores… Supongo que así se imaginará de qué va la historia. 😉
6. Juegos de mesa
Éste ha sido un descubrimiento nuestro reciente… Juegos de cartas como el UNO, de fichas tipo la Oca o el Parchís, de adivinanzas como El Quien es Quién o el Memory… ¡Hay una variedad inmensa de juegos de mesa! Nosotros los estamos explorando ahora y consiguen mantenerles muy concentrados y tranquilos durante un buen rato.
7. Haz una receta sencilla
Los bizcochos y rosquillas son algo que suele gustar mucho a los niños y que es relativamente sencillo de hacer, aunque reconozco que cuando nos ponemos manos a la masa la cocina acaba hecha un desastre. Un consejo: si esto te va a generar estrés… no te metas en la cocina: es casi imposible hacer postres con niños y que todo quede limpio y ordenado. Pero, por si te animas, aquí te dejo una receta de chuches caseras que les va a encantar (por el pequeño tamaño de las gominolas recomendamos que sean para niños a partir de 3 años).
8. La hora del baño
Los días que no bajamos al parque suelo alargar el rato en el baño de los niños, ya que es efectivo y ellos se lo pasan requetebién jugando. Les puedes meter figuritas de plástico, unas gafas de bucear, muñecas… y tenerlos un buen rato distraídos y disfrutando. Eso sí, como se emocionen mucho, te dejarán todo el baño salpicado de agua. Mis hijos han llegado a meter una tabla de body board en la bañera y se lo han pasado pipa…
9. Búsquedas del tesoro o “caliente y frío”
Ambos vienen a ser una alternativa similar al escondite. Para la primera opción, la búsqueda del tesoro, puedes esconderles algunas sorpresitas y dejarles pistas para que las encuentren… ¡Les encanta hacerse los aventureros! Y con caliente o frío es similar. Les vas diciendo caliente cuando se van acercando a lo que tienen que encontrar, y frío cuando se van alejando.
Y, por último, pero no menos importante…
10. Dejar volar su imaginación
Aquí no hay límites, ni consejos, ni propuestas concretas. Mis hijos, por ejemplo, están tan acostumbrados a no ver la tele que con cualquier cosa que encuentran en el camino se entretienen. Desde las cajas de cartón de los paquetes que recibo con las que se hacen casas e inventos varios, hasta sus mantas y cojines con los que se montan cabañas… Aquí hay que darles libertad y dejarles que se desfoguen, que se aburran para que su mente se ponga en marcha y no imaginen fronteras. Eso sí… ¡luego, todo de vuelta a su sitio!
Belén – B a la Moda