Esta puede ser, quizá, la pregunta más frecuente que los padres suelen hacerse con un bebé recién nacido en los brazos.
Suele generarse también, sobre todo en las madres, una sensación de frustración cuando no se sienten “capaces” de calmar al pequeño. Y, en estos momentos, se requieren soluciones inmediatas y respuestas razonables a lo que le puede estar pasando.
Vamos a intentar comprender…
El bebé en el interior del cuerpo de su mamá tenía todas sus necesidades cubiertas. Calentito, cómodo, en movimiento por la respiración de su mamá, con comida y bebida siempre disponible… En fin, un lujo.
Entonces, nace, y tiene que adaptarse. Este proceso lleva un tiempo. Ahora no está todo disponible al momento, y la única herramienta que tiene el bebé para decir que algo le está ocurriendo es a través de sus sonidos, primero, y del llanto, después.
¿Qué le puede ocurrir?
- Si el bebé está hambriento, atendedle ante los primeros ruiditos y signos de hambre. Lo importante sería que el llanto, como tal, no apareciera para que el bebé no llegara a ese estado “desesperado”, porque nadie come enfadado y tendríais que emplear un tiempo para calmar al bebé antes de ofrecerle el pecho.
- Hay bebés que no sienten molestia con el pañal lleno de pipi o con caquitas. Pero otros, son más sensibles en este aspecto.
- Puede ocurrir que el día haya sido muy estimulante para el bebé y lo que esté buscando es estar en brazos para calmarse. Se irá acostumbrando a que su mamá y papá lo atiendan cuando esté llorando, ya que aún es muy pequeño, no hay nada malo en ello.
Poco a poco os iréis conociendo, irás aprendiendo a identificar los signos de tu bebé, a saber adelantarte a sus necesidades, y finalmente, la respuesta a qué le pasa a tu bebé la tendrás tu misma, aunque haya momentos en los que no sepas verbalizarla. Y cuando esto ocurra, no te equivocarás nunca si acunas, acompañas y contienes a tu bebé.