Generalmente, las madres adoptan unas posturas de lactancia con las que se encuentran seguras y cómodas, pero en algunos casos puede ser recomendable variar esas posiciones por distintos motivos.
Por ejemplo, en casos de ingurgitación u obstrucción de algún conducto, puedes notar algún cuadrante del pecho más “duro”. ¿Sabías que la barbilla del bebé puede ayudarte a estimular más esas glándulas y conductos? Podemos buscar una postura que haga coincidir la barbilla del bebé con esa zona más endurecida y así propiciar un correcto drenado de esa leche que puede estar acumulándose en esos conductos.
Otro momento en el que puede venir bien cambios de postura frecuentes al pecho, es cuando aparecen grietas. En esos casos, cambia el ángulo de succión puede ayudar a que las heridas que han aparecido no se vuelvan a estimular y disminuya el dolor, siempre y cuando esto vaya acompañado de un buen agarre.
¿Qué posturas de lactancia materna existen?
A continuación hacemos un repaso de las posiciones más habituales de lactancia materna y las razones por las que te pueden resultar interesantes:
- Posición de cuna: Un clásico. Consiste en coger a tu bebé como si fueras a dormirlo, perpendicular a tu cuerpo. Suele ser cómoda, pero te puede ayudar buscar un punto de apoyo para tu bebé (un cojín de lactancia por ejemplo) y así no soportar ese peso tanto rato.
- Posición de “rugby”: consiste en que tu bebé abrace tu costado enfocando sus piernas hacia tu espalda, buscando también una zona de apoyo a tu lado, una pila de cojines te vendrá fenomenal. Ideal para prevenir o tratar la ingurgitación del lado externo del pecho, o en casos de cesárea para que el bebé no repose sobre la cicatriz y evitar patadas innecesarias.
- Posición de crianza biológica: con el cuerpo de la mamá más recostado, se coloca al bebé más vertical, apoyado sobre todo su brazo. Favorece un agarre espontáneo y una buena apertura de la boca, ya que le permite más libertad de movimiento.
- Acostada de lado: Como si fueras a dormir de lado, se coloca al bebé de la misma manera enfrentado al pecho, en contacto con el de la mamá. Permite optimizar el descanso y la comodidad, no solo de la mamá, sino también del bebé.
- Postura de la loba: Mamá en cuadrupedia (es decir, a cuatro patas) y el bebé tumbado frente a mamá. Sí, literalmente como su nombre indica, como si fueras una “loba” amamantando a sus cachorros. Esta postura suele ser útil en casos de obstrucciones o mastitis difíciles, en las que la gravedad ayuda a que los conductos drenen esa leche acumulada.
Puedes inventar tantas posturas como quieras, siempre y cuando sea cómoda y agradable para ambos, y favorezca un buen agarre. Recuerda que “no hay una mejor que otra”, simplemente son opciones que pueden serte útiles para disfrutar al máximo de la lactancia y que en momentos puntuales, pueden ayudarte a combatir una complicación.
Recuerda que ante cualquier problema o duda, te recomendamos contactar con tu matrona o experta en lactancia materna para que valore vuestro caso de forma individualizada y pueda daros consejos para optimizar la lactancia al máximo.