¡Hace calor! Y estos días son ideales para ir a la playa, los niños lo pasan genial y, para que negarlo, nosotros también 🙂
Antes de nada, deberíamos tener en cuenta una serie de pautas para que la actividad sea agradable y divertida.
Lo primero que tenemos que decidir es a qué hora vamos a ir a la playa; sabemos que para nuestra piel y la de nuestros hijos no es bueno exponerse a rayos solares intensos. Por ello evitaremos ir entre las 11 de la mañana y las 16 horas.
Es de máxima importancia el tema de la hidratación. Es primordial que los niños se acostumbren a beber agua para fomentar una correcta hidratación, sobre todo cuando realizan ejercicio físico, durante las comidas, cuando pasan muchas horas en lugares cerrados con calefacción o durante épocas con altas temperaturas como es el caso del verano; en el período estival deberemos hidratarnos con más frecuencia, tanto niños como adultos; nosotros, los mayores, debemos tomar entre 2-4 litros de agua al día, variando la cantidad según el clima, el ejercicio físico que vayamos a realizar, etc.
También es importante protegerse del sol con una buena crema de factor alto; hay que aplicarla antes de salir de casa y cada dos horas volver a ponerse para evitar quemaduras.
Podemos ir toda la familia salvo los recién nacidos, hasta los 6 meses; para los bebés no es nada recomendable una exposición solar directa. De los 6 meses a los 3 años, debemos ser extremadamente cuidadosos con la piel de los más pequeños; aunque no hay que olvidar que el sol también es necesario para la absorción de la vitamina D.
Usaremos gorras para evitar una insolación, gafas de sol y, sobre todo, una buena hidratación, bebiendo agua sin esperar a tener sed.
Debemos refrescarnos cada poco tiempo, llevar ropa de baño cómoda, transpirable, y evitar los colores oscuros que tienen mayor absorción de rayos solares.
Nos llevaremos juguetes que tengan el certificado CE para estar tranquilos sabiendo que el objeto es seguro para ellos.
Una vez en la playa, vamos a disfrutar en familia. Los niños pueden correr y divertirse, pero siempre delimitando un espacio; no debemos perderlos de vista en ningún momento.
Cuando un niño se meta en el agua, es importante que se moje progresivamente, evitando un cambio brusco de temperatura corporal.
Revisaremos la arena donde vayan a jugar, ya que puede haber cosas peligrosas que pueden hacerles daño.
¡Creo que esto es todo! A parte del gran cargamento que solemos llevar, como si de un viaje de muchos días se tratara (agua, protector solar, ropa de recambio, comida, juguetes, toallas, pañuelos, y un sin fin de por si acasos).
¿Crees qué se nos olvida algo? ¡Coméntanoslo!
¡A disfrutar se ha dicho!
¡Hasta la próxima!
Sandra Ss