Cada año, en España, mueren unos 40 menores por ahogamiento. Quizá a nivel estadístico no parece un número tan grande, pero si pensamos en cada uno de los niños y familias afectados la magnitud de la tragedia es enorme. Son muertes especialmente tristes porque son evitables.
Por eso, hoy quiero compartiros una información que puede salvar vidas junto a Bebé a Bordo. Vamos a ver cómo prevenir los ahogamientos y cómo actuar en caso de que se produzca uno.
Prevención de ahogamientos con bebés: Todo lo que debes saber
Todos sabemos de la importancia de las maniobras de primeros auxilios, pero nuestro objetivo debería ser no tener que llegar a utilizarlas. Os comparto siete consejos fundamentales para evitar que se produzcan ahogamientos:
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Supervisión Continua
La medida más importante es la supervisión continua. Recordad esta ecuación: niños + agua = supervisión continua. Ya sea en el mar, piscinas o incluso la bañera de casa. Los niños se ahogan en silencio y no pueden pedir ayuda.
La supervisión debe ser realizada por un adulto, no por niños mayores o adolescentes ya que pueden distraerse fácilmente. Aplicad la regla del 10/20: mirad cada diez segundos y manteneros una distancia a la que podáis llegar en menos de veinte. Pensad que en menos de 60 segundos puede ocurrir un ahogamiento, así que la rapidez a la hora de actuar es importantísima.
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Educación
Enseñad a los niños que solamente se pueden bañar en la presencia de un adulto y tras pedirle permiso. También es importante que aprendan a nadar desde una edad temprana, idealmente antes de los cuatro años. Existen clases de matronatación para bebés que les ayudan a familiarizarse con el agua. Aún así, tened en cuenta que aunque sepan nadar, la supervisión continua sigue siendo esencial.
Si hay adolescentes en casa, concienciadles sobre los peligros del consumo de alcohol y otras sustancias tóxicas al practicar deportes acuáticos. Siguiendo todas las medidas de seguridad, podemos reducir significativamente el riesgo de ahogamientos.
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Zonas Vigiladas por Socorristas
Optad por zonas de baño vigiladas por socorristas, pero recordad que esto no sustituye la supervisión constante. Los socorristas están allí para ayudar en caso de emergencia, pero la responsabilidad principal recae en los padres o cuidadores. Elegir zonas vigiladas añade una capa extra de seguridad y asegura que haya personal capacitado para actuar rápidamente en caso de necesidad, pero nunca exime a los padres o cuidadores de ejercer una supervisión continua.
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Seguridad en Piscinas
Las piscinas privadas son donde ocurren la mayoría de los ahogamientos infantiles. Es crucial que estén protegidas por una valla de al menos 120 cm de altura, con una puerta que se cierre automáticamente y no permita que los niños se cuelen por debajo. Apagad los sistemas de drenaje durante el baño, ya que podrían atrapar los bañadores o el pelo de los niños, impidiendo que puedan escapar. Enseñad a los niños a no tirarse de cabeza sin permiso y sólo en zonas de suficiente profundidad. Si usáis piscinas hinchables, vaciadlas y guardadlas boca abajo cuando no se usen.
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Dispositivos de Flotación
Usad siempre chalecos salvavidas, especialmente en actividades acuáticas como el kayak o la navegación. Los chalecos salvavidas son más seguros que los dispositivos hinchables, que pueden pincharse o salirse del cuerpo del niño.
Os contaré una anécdota personal: cuando tenía cinco años, una excursión en canoa casi termina en tragedia. Mi chaleco salvavidas y la supervisión continua de mi tía me salvaron la vida, de no haber sido por estos dos factores quizá hoy no os estaría contando esto.
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Precauciones en medios rurales y en casa
En medios rurales con ríos, pantanos o pozos, no perdáis de vista a los niños, incluso si no os estáis bañando. Los niños pueden sentirse atraídos por el agua y acercarse sin que os deis cuenta. En casa, no dejéis cubos de agua al alcance de los bebés y vaciad la bañera inmediatamente después de usarla. Mantened siempre la puerta del baño cerrada. Incluso pequeñas cantidades de agua pueden ser peligrosas para los más pequeños.
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Conocimiento de Maniobras de RCP
Si no se ha podido prevenir el ahogamiento, es fundamental que todos sepamos realizar maniobras de RCP. En un ahogamiento, cada segundo que el cerebro pasa sin oxígeno cuenta. Cuanto antes se inicien estas maniobras, mejor será el pronóstico.
La RCP mantiene la sangre oxigenada circulando y evita daños neurológicos graves hasta que llegue la ayuda sanitaria. Es recomendable que todos los padres y cuidadores tomen cursos de primeros auxilios y RCP para estar preparados en caso de emergencia.
Cómo Actuar en Caso de Ahogamiento de bebé
- Sacar al Niño del Agua: Si hay un socorrista, pedidle ayuda. Manteneros siempre seguros al realizar el rescate. Si estáis solos, aseguraos de que podéis llegar al niño sin poneros en peligro.
- Pedir Ayuda: Si el niño está inconsciente, pedid ayuda sin separaros de él. Si hay otras personas, que llamen al 112 mientras iniciáis las maniobras de RCP. Es crucial actuar rápidamente y asegurar que la ayuda esté en camino lo antes posible.
- Evaluar la Situación
- Si el niño está inconsciente pero respira, ponedlo de lado y tapadlo para evitar la hipotermia. No intentéis sacar el agua de los pulmones golpeando la espalda o el abdomen, ya que esto puede causar más daño.
- Si el niño está inconsciente y no respira, iniciad las maniobras de RCP inmediatamente. Si estáis solos, realizad la RCP durante dos minutos antes de llamar al 112, ya que lo prioritario es que llegue oxígeno al cerebro cuanto antes.
Os recomiendo encarecidamente que toda la familia haga un curso de RCP y primeros auxilios si no lo habéis hecho ya. Si ya lo habéis hecho y queréis repasar los pasos, o si ahora mismo no podéis hacer un curso, en mi canal de Youtube Doctora Di pediatra encontraréis un vídeo gratuíto donde los explico.
La prevención es la clave para evitar ahogamientos infantiles. La supervisión constante, la educación adecuada, el uso de dispositivos de flotación y el conocimiento de maniobras de RCP son esenciales.
En una emergencia, cada segundo cuenta, y estar preparados puede salvar vidas. No subestimemos la importancia de estas medidas y trabajemos juntos para prevenir tragedias evitables. Os deseo que paséis un verano feliz y seguro.