Ya sabemos que los bebés no vienen con un manual debajo del brazo. Y también sabemos que todos los padres cometemos errores. Es importante saber que todo se aprende sobre la marcha, pero lo mejor de todo es que el aprendizaje durará toda la vida y lo que aprenderás será diferente con cada uno de tus hijos.
En este artículo quiero hablaros de los errores más frecuentes de los padres primerizos:
- No salir de casa: a veces muchos padres no salen a dar paseos con sus bebés hasta pasados unos días desde el nacimiento. Puede existir una creencia errónea por la que los padres quieran proteger en exceso a los bebés. El paseo diario es una recomendación que hacemos los sanitarios a todos los papás, ya que viene bien a la mamá el hecho de airearse, y viene bien al bebé ya que podrá recibir múltiples estímulos, y además la claridad del sol le ayudará a sintetizar vitamina D.
- Dar demasiada importancia a los consejos de terceros: cuando eres padre recibes consejos y opiniones de todo el mundo y muchas veces estos se contradicen. Es importante que los padres poco a poco vayan ganando confianza en su capacidad de criar a su bebé. Las personas encargadas de dar consejos sanitarios son las matronas, pediatras y enfermeras.
- Desesperarnos cuando nuestro bebé llora: muchas veces los padres asocian el llanto del bebé con el sufrimiento y el dolor, y es importante que sepamos que no siempre es así. La única forma en la que los bebés se comunican de manera efectiva con el mundo exterior es mediante el llanto. Es fundamental mantener la calma durante los momentos de lloro, para empezar a descartar las causas posibles por las que el bebé lo haga: pañal sucio, calor, frío, hambre, dolor de tripa, aburrimiento, etc. Con el tiempo los padres serán capaces de entender los diferentes llantos que tiene su hijo, y descifrarlos muy rápidamente para cubrir la demanda del bebé.
- Confundir vómito con regurgitación: regurgitación se produce frecuentemente cuando acaba de comer. Se produce sin esfuerzo, incluso puede que no se dé cuenta. Muchas veces es debido a posibles gases que el bebé ha tragado durante la toma y al eliminarlos parte de la leche ingerida sale al exterior. En cambio el vómito siempre va acompañado de cierto malestar por parte del bebé, y no tiene porqué estar relacionado con la ingesta. Con lo que podemos decir que la regurgitación es algo normal y frecuente en el recién nacido, mientras que el vómito no lo es.
- Pensar que el bebé tiene fiebre: no es infrecuente ver en las urgencias de pediatría a padres asustados por algunas décimas de sus bebés. Tenemos que saber que se considera fiebre una temperatura superior a 38°.
- Mantener a tu bebé en una burbuja: la sobreprotección de los bebés es algo muy frecuente en padres primerizos. Al principio pensamos que el recién nacido es sumamente vulnerable y nos da miedo muchas veces hasta cogerlo. Es fundamental saber que el sentido común nos puede guiar mejor que nuestras dudas y temores.
- Esterilizar todo: la esterilización de chupetes, biberones y cualquier cosa que el recién nacido se pueda llevar a la boca puede ser aceptable durante los primeros 2-3 meses. Pero también debemos saber que si un bebé es alimentado con leche materna, no esterilizaremos el pecho de la madre. Es fundamental la limpieza de los objetos con los que el niño está en contacto, sin embargo, no es necesaria la estilización ya que es bueno para el bebé que el sistema inmune esté en contacto con diferentes agresores para protegerlo de futuras alergias.
- Bañar al bebé a diario por sistema: no es necesario el baño del recién nacido por motivos de higiene. De hecho se ha visto que el baño con jabón altera el manto lipídico de su piel, y puede dar lugar a futuras dermatitis atópica. Realizar el baño con agua dos o tres veces por semana es suficiente.