¿Cómo debemos proteger al recién nacido frente al sol?
La piel del recién nacido es muy sensible a la exposición solar debido a una capacidad inferior para generar melanina y unas defensas escasamente desarrolladas, si las comparamos con la piel de una persona adulta.
Por ello, es recomendable evitar la exposición solar directa durante los primeros 6 meses de vida, así como evitar el empleo de cremas solares hasta la misma fecha. Como medidas de protección se recomienda el empleo de ropa adecuada (que frene la llegada de radiación ultravioleta a la piel), intentando mantener al recién nacido a la sombra siempre que sea posible. Además, debe evitarse con mayor precaución el sol de las horas centrales del día.
No debemos olvidar además que “la piel tiene memoria” y que una protección solar adecuada desde etapas tempranas tendrá un papel decisivo para evitar la aparición de diferentes tipos de tumores cutáneos.
¿A partir de qué edad podemos emplear cremas solares?
El empleo de cremas solares no se recomienda por debajo de los 6 meses de vida y debe emplearse con precaución hasta el año de edad. Esto se debe a que la piel del recién nacido tiene una mayor capacidad de absorción de los componentes químicos presentes en algunos filtros solares, aumentando el riesgo de reacción alérgica asociada. No obstante, ante cualquier duda, consultar con tu pediatra.
Si no exponemos al recién nacido al sol, ¿tendremos riesgo de observar un déficit de vitamina D?
Aunque la exposición solar es necesaria para la síntesis de vitamina D, esto no justifica la exposición directa al sol del recién nacido. Con varios minutos de paseo en horas en las que la exposición solar no es muy intensa, suele ser necesario para producir la vitamina D necesaria para los huesos de nuestro paciente.