Cuando llegues a casa, recuerda que estás operada. Aunque casi no tengas puntos y la herida quirúrgica sea mínima, por dentro todavía tienen que cicatrizar tus tejidos y es conveniente que te cuides.
La recuperación varía en cada mujer y aunque te sientas con fuerzas para todo, es mejor que moderes tu actividad y pidas ayuda si la requieres. No es recomendable que cojas pesos, más allá del bebé, en las siguientes seis semanas. Hay que evitar además subir y bajar muchas escaleras y las relaciones sexuales están contraindicadas igualmente hasta finalizar la cuarentena.
El sangrado vaginal varía mucho y no debe preocuparte mientras sea una cantidad escasa. Se volverá marrón y a veces blanquecino, pero sin mal olor. Se recomienda en todo momento usar compresas de algodón y evitar baños de inmersión (piscinas, bañeras, etc.)
Es normal, que si das el pecho en alguna toma, notes que sangras en más cantidad. Es un reflejo del útero que le ayuda a comprimirse y volver a su normalidad. Suelen ser episodios aislados.
Los cuidados de la herida son importantes para una adecuada cicatrización. Es mejor tenerla al aire libre, con ropa ancha que no la comprima en exceso. Actualmente los cirujanos usamos suturas intradérmicas que van debajo de la piel y los hilos no se notan más que en los extremos. Estas suturas suelen ser reabsorbibles.
Algunos también dejan grapas y no requieren cuidados especiales. En el hospital, el primer día tendrás tapada la herida y en los días siguientes las enfermeras la irán controlando por si precisa alguna cura. Pero cuando estés en casa, a menos que te digan lo contrario, la ducha diaria con agua y jabón normal es lo recomendado para mantener la herida limpia. Lo más importante después de lavarla es dejarla muy seca o con la toalla dando pequeños toques para evitar maceración de herida e infecciones. Tendrás que acudir a tu ginecólogo en días posteriores para que te revise los puntos, quite alguno y las grapas si así lo considera. En días de mucho calor, si la lava más veces al día tampoco pasa nada; lo importante es tenerla seca.
Los síntomas de alarma a los que tendrías que estar atenta son:
– Fiebre: si estás dando el pecho, el tener un poco de «décimas» es normal, pero si pasa la barrera de los 38º C, es mejor hacerte un chequeo completo.
– Sangrado abundante: si estás solo manchando en el puerperio y de pronto empiezas con un sangrado abundante que no es transitorio, es mejor que acudas a urgencias.
– Enrojecimiento o secreción purulenta o aumento del dolor en la herida quirúrgica. Existen cambios en la herida normales: picor, pequeños tirones o molestias en la movilización. Si hay algún cambio intenso mejor acudir a que algún profesional de la salud la valore. Si se infecta, no te preocupes, existen muchos antibióticos que son compatibles con la lactancia materna. Es mejor diagnosticar pronto.