La sensibilidad que florece durante el embarazo facilita la conexión con la respiración y, además, ésta es muy importante para mantener bien oxigenado tu cuerpo y el del bebé.
Hacer ejercicios de respiración diarios puede ser una forma muy gratificante de comunicarte con tu bebé, que está permanentemente escuchando el sonido de tu respiración, sintiendo tu ritmo y movimiento. Recuerda que la crianza empieza en el vientre materno, así que no solo sirve para comunicarte con él, sino que también te hará sentir que lo acompañas y atiendes durante el embarazo. En realidad, la mamá siempre está ahí, pero con la concentración que te proporcionan los ejercicios estarás atendiendo a tu bebé de forma consciente. Si esto lo haces un poquito cada día, al llegar el día del parto, sabrás cómo es tu respiración y eso te ayudará.
El papá también puede participar, si juntos escogéis unos minutos al día para concentraros y cuidaros con la respiración. Escoger un lugar tranquilo y agradable en casa, donde podáis estar cómodos. Después de practicar durante un tiempo, os daréis cuenta que ya es una respiración a tres (o a cuatro con gemelos/mellizos); sentiréis la presencia del bebé y cómo participa con vosotros en esta escucha. ¡Recordad que para el bebé la respiración de mamá ha estado presente desde su existencia!
El parto es muy intenso y, sea cual sea la forma en que nazca tu hijo/a, la respiración puede ser el apoyo para seguir serena, a parte de que es muy importante para mantener bien oxigenado al bebé. Además, te ayudará a estar concentrada en el cuerpo durante el proceso, porque al fin y al cabo, parimos con el cuerpo y no con la mente o los pensamientos.
Tu matrona te dará indicaciones acerca de las respiraciones durante el embarazo y en el momento del parto. Hay gran diferencia entre las mujeres que han escuchado previamente la respiración y el movimiento diafragmático y las que no. Más que saber o aprender cual es la mecánica de la respiración (que también es importante), para el día del parto te servirá conocer lo que tu cuerpo experimenta cuando inhalas y exhalas. Por ejemplo, cuando coges aire sientes que el diafragma se expande y se mueve (con más o menos intensidad) hacia el abdomen, hacia donde está el bebé y también en dirección al periné.
Por tanto, podemos decir que una respiración amplia disminuye el dolor, y mantendrá a la mujer conectada con su cuerpo y alma.
¡Quédate con lo bueno de la vida y disfruta de tu embarazo!