Me suele pasar con muchísima frecuencia que veo a niños vestidos con el mismo estilo que sus padres; son calcos en miniatura. ¡Me hace tanta gracia! Y es que, de forma natural, las madres vestimos a nuestros hijos a nuestro gusto y estilo.
Si tuviera que definir el estilo con el que me gusta vestir a mis hijos diría que de bebés tiendo al estilo clásico y conforme van creciendo les visto clásicos pero informales. Con Mia lo he tenido muy fácil. Siempre me ha parecido más sencillo vestir a una niña que a un niño. Los vestidos han sido y son la prenda predominante en su armario. Vienen a ser como un dos por uno y le resultan muy cómodos y fáciles de llevar.
Los pantalones sin embargo, no le resultan tan cómodos con lo cual apenas tiene un par o dos en el armario. Los buzos son otra de sus prenda favoritas. Le encantan. Es también una de esas prendas dos en uno.
Cuando nació mi primer hijo, Leo, tenía dudas sobre cómo vestir a un chico. De entrada me parecía complicado encontrar un punto intermedio entre muy moderno y ñoño. Con el tiempo he ido encontrando ese estilo informal ni moderno ni clásico. Tengo un “uniforme” tanto para Leo como para Teo que es muy sencillo y que seguro que os simplifica a vosotras también. Básicamente suelen llevar un pantalón, una camisa y una chaqueta de punto o un jersey.
Siempre me decanto por el mismo tipo de colores: gris claro, azul marino y azul claro, beige, granate, verde monte, mostaza… Y los que rara vez están es su vestuario son naranja, amarillo, rojo, azul añil… Es decir, huyo de colores muy estridentes y tiendo a colores más apagados y tranquilos.
Y en cuanto a tiendas, si os soy sincera, no tengo grandes misterios. Suelo comprar en las habituales: Zara, Benetton sobre todo para los chicos, HM, Mango, en Gocco ocasionalmente… Aunque hay marcas más exclusivas como Bonnett Pompon que me encantan. Y así, a grandes rasgos, os cuento cómo me gusta vestir a los chiquis. Vosotras, ¿cómo vestís a vuestros hijos? ¡Nos vemos en el siguiente post!
Belén – B a la Moda