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¿Qué es una persona activa?
Una persona activa es aquella que incorpora regularmente actividades físicas y deportivas en su rutina diaria. No se limita a ejercicios intensos, sino que incluye acciones cotidianas como caminar, subir escaleras o hacer estiramientos. Mantenerse en movimiento es clave para evitar el sedentarismo, lo que fomenta un estilo de vida activo con beneficios para el bienestar general, tal como lo recomienda la OMS en sus pautas de actividad física.
Cómo empezar a ser una persona activa
Si aún no has incorporado la actividad física en tu rutina, es normal que te preguntes por dónde empezar. Aquí te dejamos algunos consejos prácticos:
- Empieza poco a poco: No necesitas hacer cambios drásticos de un día para otro. Comienza con actividades sencillas, como caminar 30 minutos al día, y ve aumentando gradualmente la intensidad y la duración.
- Establece metas alcanzables: Fijarte pequeños objetivos te mantendrá motivado. Por ejemplo, si empiezas caminando, puedes proponerte aumentar la distancia semana a semana.
- Busca compañía: A veces, es más fácil mantener la motivación si haces ejercicio con amigos o familiares. Además, es una excelente manera de socializar mientras cuidas tu salud.
- Disfruta del proceso: Elige actividades que te resulten divertidas y satisfactorias. Si te diviertes, será mucho más fácil seguir adelante.
El estilo de vida activo es más que hacer ejercicio
Tener un estilo de vida activo no significa que tengamos que ir al gimnasio todos los días o realizar sesiones de entrenamiento extenuantes. La clave está en encontrar actividades que disfrutes y que puedas incorporar a tu rutina de manera constante. Algunas ideas incluyen:
- Caminar más: Aprovecha los momentos del día para caminar. Puedes hacerlo mientras hablas por teléfono, al ir de compras o al pasear a tu mascota.
- Subir escaleras: En lugar de tomar el ascensor, sube y baja escaleras siempre que puedas.
- Estiramientos en casa o en la oficina: Si pasas mucho tiempo sentado, es importante que hagas pausas activas. Dedica unos minutos a estirarte o hacer pequeños ejercicios de movilidad.
- Juegos activos con amigos o familia: Actividades como el fútbol, el voleibol o simplemente jugar en el parque con tus hijos son formas divertidas de mantenerte en movimiento.
Actividades físicas y deportivas: opciones para todos
Antes de comenzar puedes consultar con un profesional que te asesore sobre lo que es mejor para ti. Cuando hablamos de actividades físicas y deportivas, a menudo pensamos en deportes de alto rendimiento. Sin embargo, hay muchas otras formas de mantenerse activo, sin importar el nivel de condición física. Algunas opciones para comenzar incluyen:
- Natación: Ideal para todo el cuerpo, la natación es un ejercicio de bajo impacto que puede mejorar la resistencia, la fuerza y la flexibilidad.
- Yoga o pilates: Estas prácticas no solo trabajan la fuerza y la flexibilidad, sino que también ayudan a mejorar la concentración y la relajación.
- Ciclismo: Ya sea como medio de transporte o actividad recreativa, el ciclismo es una forma divertida de mejorar tu capacidad cardiovascular.
- Senderismo: Si disfrutas de la naturaleza, el senderismo es una excelente opción para desconectar y hacer ejercicio al aire libre.
Beneficios de un estilo de vida activo
Incorporar actividades físicas regulares tiene múltiples beneficios para la salud, tanto a nivel físico como mental. Algunos de los principales beneficios pueden ser:
- Ayuda a la salud cardiovascular: Un corazón más fuerte y una mejor circulación son algunos de los beneficios más inmediatos de mantener un estilo de vida activo.
- Fortalece los músculos y los huesos: El ejercicio regular ayuda a mantener la masa muscular y a fortalecer los huesos.
- Mejora el estado de ánimo: Las actividades físicas, en especial las de tipo aeróbico, liberan endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad, que puede ayudar a reducir el riesgo de padecer estrés y mejorar el estado de ánimo.
- Fomenta la sociabilidad: Participar en actividades físicas en grupo, como deportes o clases dirigidas, ofrece la oportunidad de conocer nuevas personas, lo que contribuye a crear relaciones sociales y mejorar el bienestar emocional.
Recomendaciones de actividad física según la OMS
La OMS establece recomendaciones claras para llevar una vida activa, sugiriendo al menos entre 150 y 300 minutos de actividad física moderada, o entre 75 y 150 minutos de actividad física vigorosa semanalmente para adultos. Además, se recomienda incorporar ejercicios de fuerza que trabajen los principales grupos musculares dos o más días a la semana.
Una vida activa acompañada de una alimentación variada e hidratación adecuada contribuye al bienestar general.
Conclusión
Mantener un estilo de vida activo no solo mejora nuestra salud física, sino también nuestro bienestar mental y emocional. Con pequeñas acciones diarias, como caminar más, hacer estiramientos o participar en actividades físicas y deportivas, podemos llevar una vida más saludable y feliz.
Recuerda que lo importante es encontrar un equilibrio y disfrutar del proceso. La actividad física no tiene que ser una tarea; puede convertirse en un momento del día que te aporte energía y bienestar.