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Para tomar una decisión consciente, es esencial comprender los factores que determinan la calidad del agua que bebes. Saciar la sed va más allá de servirse un vaso del grifo o coger una botella de la estantería. Así que, vamos a sumergirnos en el mundo de las fuentes de agua y a desentrañar los secretos que hay detrás de la elección idónea para mantenerte hidratado durante todo el día. ¡Despídete de la incertidumbre y da la bienvenida a una nueva y refrescante perspectiva sobre el consumo diario de agua!
Factores a tener en cuenta a la hora de seleccionar una fuente de agua
A la hora de seleccionar una fuente de agua apta para consumo humano, es importante tener en cuenta diversos factores.
- Aspectos técnicos. Los factores técnicos son los referentes, principalmente, a criterios técnicos y económicos. También, a aspectos sociales y culturales, ya que también depende del contexto específico de la región y las necesidades locales
- La calidad del agua. Se valora la calidad del agua en base a su composición química, física y biológica. Se elige una fuente de agua y se aplica el tratamiento óptimo para protegerla de posibles contaminaciones y para evitar su deterioro en todo el sistema de distribución
- Estándares de calidad. A fin de garantizar la salud pública, el agua debe cumplir con unos estándares de calidad. Para ello, los gobiernos fijan los criterios técnico-sanitarios de la calidad, control y suministro del agua
- Análisis. El análisis del agua es fundamental para comprobar la calidad de la misma y para detectar agentes contaminantes. Se analizan los parámetros físicos (sabor, olor, color, turbidez, conductividad) y los biológicos (demanda de oxígeno, porcentaje de oxígeno disuelto, carbono orgánico total)
Tipos de fuentes de agua: del grifo, embotellada y filtrada
Entre los distintos tipos de fuentes de agua para consumo humano se encuentran el agua del grifo, el agua embotellada y la filtrada.
El agua del grifo es aquella que habitualmente es suministrada por la red pública. En ella encontramos la presencia de cloro y otros químicos empleados para su tratamiento. En nuestro país existen importantes diferencias respecto al índice de dureza del agua, determinada por su contenido en sales de cal y magnesio. Así, la dureza y calidad varía dependiendo de su localización geográfica y la infraestructura de la región.
El agua embotellada procede de manantiales y acuíferos subterráneos obtenida de forma natural. Se trata de agua mineral natural con una estructura química estable, siendo pura desde su origen. Este tipo de agua no está sometida a tratamientos químicos. Se clasifican en base al contenido de residuo seco que presentan, dando como resultado agua de mineralización muy débil, débil, media y fuerte, entre otras. El agua mineral natural es uno de los productos más regulados en cuanto a seguridad y calidad alimentaria.
Y el último tipo, el agua filtrada, se refiere al agua potable que ha pasado por algún tipo de mecanismo de filtración. Existen distintos métodos y se utilizan tanto en plantas de potabilización de núcleos urbanos como a nivel más particular en el hogar o la oficina mediante pequeños dispositivos acoplados al grifo.
Recomendaciones para elegir la fuente de agua adecuada
En primer lugar, y lo más evidente, es conocer los estándares establecidos por las autoridades sanitarias para que el agua sea segura. Es decir, los parámetros que ha de cumplir esa agua y que garantice su calidad y aptitud para consumo humano.
También se deben considerar las condiciones específicas y geográficas de su ubicación para optimizar recursos de gestión y suministro, así como para definir la estrategia para reducir al máximo posible el impacto ambiental.
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Tomar una decisión informada para el consumo diario de agua
Recopilar toda la información posible te convertirá en un consumidor más consciente. Por eso, es importante saber cómo se gestiona este recurso, si es más o menos sostenible su gestión, informarte acerca de su calidad y calcular cuánto te cuesta exactamente.